sábado, 23 de enero de 2010

DJANGO REINHARDT, EN EL RECUERDO



Se trata probablamente del más grande guitarrista de todos los tiempos. Y el más grande gitano también. Esta es una reseña onomástica de EL PAÍS.

Por C. García Martínez.-

Hoy una multitud rodeará su tumba, en la pequeña localidad de Samois-sur-Seine cercana a Fontainebleau. Django Reinhardt, guitarrista y compositor de jazz, nació el 23 de enero de 1910. El padre del jazz gitano fue un personaje misterioso, parco en palabras y poco interesado en el reconocimiento y la gloria. Alguien tan imprevisible como desconcertante. En su centenario, ediciones discográficas como Generation Django, con la participación de Biréli Lagrène y el difunto Henri Salvador, recuerdan a uno de los gitanos más universales de la historia.

Hijo de Laurence Négros Reinhardt, bailarina y cantante, y de Jean-Baptiste Eugène Weiss, violinista y guitarrista, Jean Baptiste Reinhardt nació en medio de una gira artística familiar en la localidad belga de Liberchies. A los ocho años, el clan Reinhardt estableció sus bases en uno de los campamentos gitanos que rodeaban París. De él se decía que era capaz de interpretar cualquier pieza con sólo oírla una vez; con 14 años, tocaba el banjo, la bandurria, la guitarra y el violín.


El 1 de octubre de 1940, Reinhardt, acompañado por el Quinteto del Hot Club de Francia, que formó junto al violinista Stéphane Grappelli grabó Nuages, un hit fulminante que todos los cantantes de éxito se disputaron el privilegio de interpretar. Curiosamente, sus problemas con las fuerzas de ocupación no comenzaron hasta el día en que fue invitado a actuar ante Hitler. Decidido a no acudir a la cita, Django buscó refugio por dos veces en la neutral Suiza. Su demanda fue rechazada en ambas ocasiones por idéntico motivo: no ser "ni negro ni judío".

El 31 de enero de 1946, en plena celebración del armisticio, Reinhardt y Grappelli grabaron su célebre versión de La Marsellesa a ritmo de swing en los estudios Abbey Road de Londres. El fin de las hostilidades marcó el principio del fin de su carrera. Incapaz de adaptarse a las nuevas tendencias musicales, Reinhardt pasó a dedicar cada vez más tiempo a su faceta de pintor. Su gira por Estados Unidos junto a la orquesta de Duke Ellington fue un completo fiasco coronado por su segundo concierto en el Carnegie Hall, al que llegó tarde: había preferido quedarse jugando al billar con unos desconocidos. Django terminó sus días en la localidad de Samois-sur-Seine. Falleció el 16 de mayo de 1953 a causa de un colapso.


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