lunes, 31 de mayo de 2010

PILAR DONOSO: "PARA QUE NO ME PREGUNTEN POR MI PADRE..." (EL COMERCIO)


Una entrevista de Enrique Planas
http://elcomercio.pe/impresa/notas/que-no-me-pregunten-mi-padre/20100530/487173

Escribió este libro para que no le pregunten más por su padre. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, Pilar Donoso no ha dejado de declarar sobre el autor de “El obsceno pájaro de la noche”.

No podía ser de otra forma: “Correr el tupido velo” (Alfaguara) era uno de los libros más esperados en Chile. Se consideraba la respuesta autorizada a un escándalo periodístico alrededor del escritor José Donoso, el novelista más importante que ha tenido el país del sur. En el 2003, el diario chileno “La Tercera” dedicó una serie de reportajes a revelar la homosexualidad del novelista. En una poco escrupulosa manipulación, su archivo personal de diarios y cartas, conservados en la Universidad de Iowa, fue convertido en piedra de escándalo. Fue entonces que su hija adoptiva decidió que había llegado el momento de dar su visión, de escribir un libro para exorcizar su memoria, en el que lo dijera todo. Sin embargo —como ella admite—, zafarse de la cadena que la une a su padre resulta muy difícil.

José Donoso murió en diciembre de 1996. Su esposa, María Pilar Serrano, dos meses después. Pilar tenía entonces 28 años. “Me hubiera gustado tener una relación un poco más adulta con ellos”, confiesa. Adolescente rebelde, se casó a los 19 años y abandona la casa familiar. ¿Una táctica para huir de tus padres?, le pregunto. Su risa se escucha del otro lado del teléfono. “Sí, pero lo irónico es que me casé con un Donoso, mi primo”, responde. Lo cierto es que Pilar se sentía harta de ser “la hija de”. Por ello no le interesó nunca participar en el mundo literario, ni seguir a su padre en sus conferencias, ni leer sus entrevistas. Era su adolescente estrategia para afirmar su identidad.

Sin embargo, en los últimos ocho años, releyó toda la obra de su padre, su correspondencia, los sesenta y cuatro cuadernos que componían sus diarios, archivados en la Universidad de Princeton. En ellos descubre el lado más oscuro de su padre, aquel que puede escribir los juicios más crueles contra ella o su madre, así como las más sublimes declaraciones de amor.

Los lectores esperaban con morbo que en su libro Pilar Donoso negara o confirmara la homosexualidad del escritor. Empero, si bien el libro no evade el tema, aquella es solo una faceta de un personaje poliédrico. Ella nos ofrece el retrato de un hombre egoísta, paranoico, hipocondríaco y avaro. Pero también el de un ser humano entrañable, sorpresivamente generoso, divertido, cariñoso y, claro, brillante.

¿Desarrollaste algún mecanismo de protección para resistir los escritos de tu padre terriblemente crueles contigo y tu madre?

Fue muy difícil y doloroso. El libro me ahogó. A lo largo de la investigación necesité muchos respiros. Tomaba distancia por un tiempo, y luego lo retomaba. Yo no tenía una estructura muy clara del libro que iba a hacer. Se fue escribiendo en el camino.

Tu libro expone crudamente las amarguras, el odio o el desprecio de tu padre hacia parientes, amigos o conocidos. ¿Sentiste temor a que fuera tomado como una venganza personal?

Sí. No ha pasado nada grave, nadie ha salido a responder ni a desautorizarme. Nadie me ha entablado un juicio ni nada parecido. Pero sí he sentido la frialdad de la gente que piensa que los trapos sucios se lavan en casa.

¿Crees posible perdonar a tu padre al sacrificar a tu madre en sus fantasías y extravagancias? ¿Lo culpas a él del alcoholismo de tu madre, de sus depresiones y crisis nerviosas?

Mi madre también tenía una personalidad compleja. Se casó a los 36 años, según ella, virgen. Ambos unieron sus vidas porque se complementaban en sus carencias. Pero ella lo pasó peor de lo que esperaba. Mi mamá, en el fondo, fue una víctima tremenda de mi padre. Se sometió por amor. Y lo pasó muy mal.

Cuentas que, antes de morir, tu padre te encomendó la tarea de escribir su biografía. Lo curioso es que descubriste que le había pedido lo mismo a otras personas. ¿Fue su forma desesperada por trascender?

Sí, sí. Creo que en sus diarios hay una trampa. A medida que los leía, me daba cuenta de que, si bien era muy franco, parecían parte de su literatura, escrita para que los demás hablaran de él. De hecho hay notas muy chistosas dedicadas a sus biógrafos. Su necesidad de trascender era muy fuerte.

No hay autor que escriba un diario gratuitamente. Siempre espera que, tarde o temprano, esas páginas lleguen a un lector…

Aunque a veces creo que se le olvidaba, porque en ellos volcaba sus miserias más tremendas. También hay que rescatar lo que realmente son: un testimonio del avance de sus novelas, de cómo va perfilando sus personajes.

Dice Vargas Llosa: “Lo mejor de “Correr el tupido velo” es la sabiduría de su construcción”, Viniendo de él, es un gran elogio…

La verdad para mí fue una sorpresa. No quiero parecer falsamente humilde, pero el libro fue un ejercicio, al inicio ni pensaba publicarlo. Quería hacerlo para conocer a mi papá realmente, ver su otra cara. La construcción fue muy intuitiva. Tuve que hacer un gran trabajo para que el libro no se convirtiera en una enciclopedia. ¡La cantidad de información era interminable!

Comienzas el libro presentando los textos más chocantes que tu padre escribió sobre ti y tu madre. ¿Por qué?

Fueron cosas que fui encontrando y las anotaba aparte. No sabía bien cómo introducirlo en el libro, cómo narrar este amor-odio. Entonces pensé poner lo malo al principio para que la gente se espante y después fuera descubriendo este personaje, también muy querible, lleno de contradicciones, que si bien fue muy cruel conmigo, fue un padre cariñosísimo y presente. Esa dualidad quise presentarla de frente.

En el libro recuerdas la relación casi familiar que los Donoso mantenían con los Vargas Llosa, una amistad que se enfrió posteriormente. ¿Qué sucedió?

Creo que mi papá se fue aislando por culpa de su inseguridad. Comercialmente todos fueron más triunfadores que él. Y creo, francamente, que eso le produjo cierta rabia. Sentía que su agente, Carmen Balcells, les daba pelota a todos menos a él. Mi padre se sintió siempre muy marginal. Pero les tenía un gran cariño, especialmente a Mario y a Carlos Fuentes.

Carlos Fuentes fue quien lo apoyó en su difusión internacional, pero al final tu padre rehuía reunirse con él…

Por lo mismo. Fuentes es un escritor muy poderoso, un “opinólogo”, y mi papá era un ser tremendamente acomplejado, y eso limitaba mucho sus relaciones. Y a la vez parecía que no, que era un gran orador. Sin embargo, a él la inseguridad se lo comía.

Hay textos en que menosprecia duramente a Jorge Edwards…

Creo que lo admiraba profundamente. Eran grandes amigos, con una sintonía generacional muy próxima. Si bien hay momentos en los que lo descalifica, la de ambos era una relación profunda.

José Donoso supo disimular y ocultar lo que él mismo definió como su “homosexualidad latente”. ¿Cuán doloroso fue para él mantener este secreto?

Él la pasó muy mal con ese tema. Tenía una familia muy tradicional, ciertos rasgos de su personalidad se veían muy tempranamente y se sentía señalado con el dedo. Y Chile era asfixiante en ese sentido, no existía la libertad de hoy. Quizás ahora mi papá habría tomado otro camino. ¿Por qué después no escogió esa opción? Creo que ambas partes de esa vida le gustaban, tanto su relación de casado como la otra vida que puede haber llevado en su madurez. En su diario no lo pone explícitamente pero lo insinúa. Creo que siempre estuvo en el límite entre una cosa y la otra.

Parecía que su mayor temor era que le pegaran el rótulo de autor de literatura gay…

Sí lo torturaba, y mucho. Y tenía toda la razón. En ciertas universidades hoy hay cursos de literatura queer en los que mi papá es un tema. Para él eso habría sido horroroso desde el punto de vista literario, ver limitada su obra a solo una perspectiva.

Como él escribió: lo que hay detrás de una máscara nunca es un rostro, siempre es otra máscara…

Exacto. Y cada uno tiene derecho a llevar sus máscaras.


DONOSO DIXIT
La Pilarcita —a mí, por lo menos, a quien le resulta más difícil sacarle plata que a María Pilar— no me quiere mucho. In fact que me desprecia. Pero también es verdad que esta sensación la tengo con casi toda la gente que conozco y a quienes aprecio”.

Después de la borrachera de María Pilar, después del almuerzo le pegué, pero muy, muy fuerte en la cara. Estoy horrorizado de culpabilidad… ¡Qué horror de día! Cómo siento el odio de M. Pilar…”

Cuando puedo escribir, mi enfermedad, más que reducirse se domina, pero conserva toda su fuerza destructiva. Mi cuerpo me obedece cuando escribo y escribo para que mi cuerpo no me mate”.

Hoy no me saqué el premio Cervantes. Muy doloroso y muy confundidor. ¿Quién diablos es esta mujer que se lo sacó y que nunca nadie oyó mencionar? Es absurdo a estas alturas decidir desengañarme de los premios. Ya sé desde hace años que son mentiras….

PECADOS DE MI PADRE (Por Mario Vargas Llosa, Madrid, mayo de 2010)


La televisión ha sido un extraordinario invento, ya lo sabemos, pero ha sido también un formidable desperdicio, pues, en lugar de contribuir a elevar la cultura y la sensibilidad de todo el mundo, ha banalizado, frivolizado y —me atrevo a decir— aumentado el nivel de imbecilidad en un gran número de seres humanos, a quienes las imágenes de los programas más exitosos de la pequeña pantalla —dechados de vulgaridad, chismografía y amarillismo periodístico— exoneran de preocupaciones, inquietudes espirituales e intelectuales y hasta de la incomodidad de pensar.

Esto se hace sobre todo evidente por contraste, cuando aparece un programa capaz de aprovechar la televisión para enriquecer la información, el conocimiento o el placer de los televidentes de una manera realmente original y creativa. Yo recuerdo algunos de ellos, que sobresalían olímpicamente sobre el piélago de chabacanería e idiotismo en que de costumbre chapalean sus congéneres: “Panorama”, de la BBC, que cada semana ofrecía una investigación novedosa y profunda sobre un tema político de actualidad en el Reino Unido y en el mundo; “Apostrophes”, de Bernard Pivot, que pasaba revista cada semana a la actualidad literaria en Francia con tanta sutileza, inteligencia y amenidad que era visto por millones de televidentes; “60 Minutes”, de la CBS, que en tres o cuatro secuencias de apenas trece minutos cada una ofrece una síntesis fascinante de los hechos y personajes más destacados de la escena internacional.

Pues el documental “Pecados de mi padre”, largometraje de hora y media de duración, dirigido por Nicolás Entel, que exhibió hace unos días la televisión en España, me recordó los mejores logros televisivos de que guardo memoria y, una vez más, me hizo lamentar la utilización que suelen dar los productores y canales a un medio que, en manos diestras e íntegras, puede explorar la realidad circundante de una manera vívida e íntima, encontrar en el caos que ella representa un orden que la haga inteligible y, de este modo, no solo interesarnos y conmovernos como lo haría un gran libro de ficción, sino ilustrarnos de manera muy certera sobre las verdades y las mentiras del mundo en que vivimos.

Decir que “Pecados de mi padre” es la historia de Sebastián Marroquín, el único hijo varón de Pablo Escobar, el más famoso narcotraficante de Colombia, con un prontuario de fechorías y hechos violentos sin parangón que han generado en torno de su nombre una verdadera mitología, es decir muy poca cosa. Porque, la confesión del joven protagonista de este documental, más que un testimonio sobre el horror y la sangre en que transcurrió su vida y la de su madre y su hermanita menor —los tres sobrevivieron de milagro a un atentado de enemigos de su padre que hicieron explotar el edificio Mónaco, donde vivían, con 700 kilos de dinamita—, es la radiografía más persuasiva y más dramática del fenómeno de la violencia que vivió Colombia en los años 80 y 90 por las guerras entre cárteles de la droga y las que libraban todos ellos con las fuerzas del orden.

En la macabra danza participaban millones de millones de dólares mal habidos y decenas de cadáveres, atentados terroristas, secuestros, inseguridad, caos, y sobre todo ello, tronaba la figura, odiada por sus crímenes y latrocinios y adorada por sus derroches populistas —como construir un zoológico feérico en su tierra antioqueña y regalar cinco mil viviendas a los pobres que vivían en los basurales de la ciudad— de Pablo Escobar, quien finalmente fue abatido por la policía en 1993. Su hijo, de 15 años, anunció ese mismo día por la radio que vengaría a su padre, matando a sus ajusticiadores. Pero pocos días después se desdijo, pidió perdón por sus amenazas y juró que renunciaba a continuar en ese paroxismo de violencia que desangraba a su país.

Uno de los grandes méritos del documental de Nicolás Entel es probar de manera inequívoca que el hijo de Pablo Escobar cumplió este juramento. No fue fácil. Él y su madre debieron huir de Colombia, una vez que consiguieron que un juez aceptara cambiar sus nombres, y, luego de una fuga cinematográfica, por Ecuador, Perú, Mozambique y Brasil, recalar en Buenos Aires, donde, no sin tropiezos —incluida la cárcel, donde la viuda de Escobar pasó un tiempo acusada de lavado de dinero y de ser esquilmados por un contador que descubrió su verdadera identidad y pretendió chantajearlos— poco a poco fueron rehaciendo su vida y alcanzando una cierta normalidad. Ahora, la viuda se gana la vida vendiendo inmuebles y Sebastián Marroquín como diseñador de interiores.

¿Cómo convenció Nicolás Entel a Sebastián Marroquín para que desnudara su vida ante la cámara? Es decir, para que aceptara volver a una riesgosa actualidad a la que él y su familia habían evitado con tanto empeño todos estos años. Probablemente, la razón es la que el hijo de Escobar esgrime en el documental: por más que uno trate, no es posible huir de su pasado. La única manera de dejarlo atrás es enfrentarlo, con valentía y lucidez. Él lo hace, de una manera intensa y desgarrada. Pide perdón a todas las víctimas de Pablo Escobar y sus pistoleros, y sus palabras tienen un acento verídico, no truculento, y parecen expresar una voluntad de expiación adquirida en largos años de reflexión y sufrimiento.

El cráter del documental es el encuentro del hijo de Pablo Escobar con los hijos de dos políticos colombianos asesinados por los sicarios del jefe del cártel de Medellín: el ministro Rodrigo Lara Bonilla y el candidato presidencial Luis Carlos Galán. Sebastián Marroquín les escribió primero, pidiéndoles perdón, y esas víctimas a quienes la muerte violenta de sus padres destrozó la vida, se lo concedieron y aceptaron reunirse con él. Escarapela la espalda el instante en que se reúnen y conversan. Hay una tensión que corta el aire, mientras Sebastián Marroquín, con voz estrangulada, explica lo que siente y lo que ha sentido todos estos años ante esa locura homicida que rodeó su infancia y juventud y todos los estragos que sembró en torno su padre. La cámara tiene en estos momentos esa misteriosa facultad que le imprime el talento de un buen realizador: la de escudriñar por debajo de las palabras y los gestos la verdad o la mentira del personaje que está frente a ella, la de delatar sus imposturas o refrendar su sinceridad. En la incomodidad que trata de vencer, en el temblor de la voz, en lo huidizo de su mirada, en la tensión que lo embarga, en el sollozo que trata de contener, es evidente que aquello que Sebastián dice a los hijos de Lara Bonilla y de Galán de veras lo siente. Ellos lo entienden así y por eso su respuesta es no menos auténtica.

Aunque “Pecados de mi padre” no es un documental específico sobre el narcotráfico, este es el ámbito sin el cual nada de lo que refiere hubiera pasado, la razón última de esa orgía de dinero, violencia y crueldad que sacudió entonces a Colombia y ahora sacude a México y está echando sus tentáculos por toda América Latina. Y una de las conclusiones que naturalmente transpira del trabajo de Entel es la ilusión de querer combatir aquel flagelo con jueces, policías, calabozos, prohibiciones y sentencias. Hay demasiado dinero en juego, un mercado tan ferozmente grande para las drogas que estas, de manera inevitable, serán producidas, distribuidas y comercializadas, mientras haya consumidores que las reclamen y estén dispuestos a pagarlas. La represión no tendrá otro efecto que causar más víctimas inocentes y aumentar los precios de la mercancía prohibida, lo que significa que quienes mueven los hilos del negocio de la droga ganarán más, y tendrán mejores armas para matar y más dinero para sobornar y corromper, de modo que la violencia continuará y las instituciones y gobiernos irán siendo progresivamente corroídos por ese ácido hasta que las democracias se vacíen de contenido y solo quede de ellas un embeleco falaz. Porque lo cierto es que el narcotráfico dejó ya de ser hace tiempo un asunto policial. Ahora, por las proporciones que ha alcanzado, las sumas vertiginosas de dinero que maneja, el poder social y político que de ello se deriva, ha pasado a ser un problema esencial del que depende la supervivencia o el desplome de los regímenes democráticos de América Latina.

Madrid, mayo del 2010

APRIL, COME HE WILL


www.elcomercio.com.pe

Los fanáticos de Paul McCartney tendrían que esperar todavía unos meses más para ver a su ídolo. Según señala La Tercera de Chile, el ex Beatle aplazaría su gira por Sudamérica, inicialmente voceada para realizarse este año, hasta el 2011.

¿La razón? La idea es que los shows del cantante en la región se den en fechas cercanas a los conciertos que ofrecerá U2, que llegaría a tierras sudamericanas en marzo del próximo año, luego de la operación en la espalda a la que tuvo que someterse su líder, Bono.

“Lo que inicialmente se concretaría hacia fines de este año (en Perú, el diario El Comercio ayer lo confirmó para este año), tuvo que ser pospuesto hasta abril del próximo año, tomando en cuenta el inminente cambio de planes que afectaría la agenda de U2”, afirma la mencionada publicación.

Tanto U2 como Paul McCartney han revelado sus intenciones de tocar en Lima, por lo que la llegada de dos grandes del rock a nuestra capital en un mismo mes podría hacerse realidad. Como para ir ahorrando, y en serio.

DEEPAK LAL EN LA VIII CONVENCION INTERNACIONAL DE ECONOMÍA, ORGANIZADA POR LA UNIVERSIDAD UPC


http://www.correoperu.com.pe/correo/nota.php?txtEdi_id=4&txtSecci_parent=&txtSecci_id=77&txtNota_id=363474#

Este 7 y 8 de junio se llevará a cabo la VIII Convención Internacional de Economía, que anualmente organiza la UPC, y el expositor principal será el profesor británico Deepak Lal, actual presidente de la Mont Pelerin Society y destacado investigador en temas de cultura y desarrollo económico, sobre los cuales tratamos en esta entrevista.

MARIO CAMOIRANO Correo: ¿Cuál es la importancia de las instituciones para alcanzar el desarrollo económico?
Deepak Lal: El concepto "instituciones", como el conjunto de derechos y obligaciones que afectan a las personas en su "vida económica", se ha convertido en un lugar común que termina por no poder explicar nada.

Yo postulo que el rol de las instituciones en el desarrollo no se puede entender sin tomar en cuenta el factor cultural. Cultura definida en términos "ecológicos".

C: ¿Podría explicarse mejor?
DL: Para los ecologistas, lo que diferencia al hombre del resto de animales es su habilidad para cambiar el medio que lo rodea. El ser humano no tiene que mutar para adaptarse a cambios ambientales, sino que aprende nuevas formas de sobrevivir y las fija a través de las normas sociales en su cultura, de manera que su prole no tiene que redescubrir las soluciones.

Ahora bien, cada cultura desarrolla dos tipos de creencias: las materiales, muy relacionadas a la economía; y las cosmológicas, relacionadas al propósito último de la existencia. Las primeras pueden adaptarse rápidamente a los cambios, mientras que las creencias cosmológicas cambian muy lentamente.

Por ejemplo, si uno visita la Rusia actual y los países de Europa del Este, podrá apreciar cómo la gente ha transformado sus creencias culturales materiales y ya nadie espera que el Estado sea el proveedor de los bienes y servicios.

C: ¿Y cómo se relaciona esta distinción con el desarrollo económico?
DL: Es lo que nos ayuda a explicar el surgimiento y posterior dominación de la civilización occidental mediante el sistema de producción capitalista.

Muchas explicaciones de esta divergencia se han basado en el surgimiento del método científico, o la reforma protestante o la revolución industrial. Pero el elemento esencial es el rol de las creencias cosmológicas.

En las civilizaciones agrícolas, las familias buscaban tener herederos varones para mantener la propiedad de la tierra. Por su parte, la Iglesia católica, desde sus inicios, buscó ampliar su "poder temporal" adquiriendo propiedades, principalmente a través de legados de familias sin herederos. Una forma como las familias se aseguraban de tener un heredero varón era mediante el concubinato, el segundo matrimonio de las viudas con algún hermano del esposo, o con la adopción; pero en el siglo VI, Gregorio I prohibió todo ello. Y aún más: se comenzó a difundir la idea de que el matrimonio debía hacerse por amor. Esto último quebró uno de los valores culturales fundamentales de la civilización antigua: el sometimiento de los jóvenes a la voluntad de los mayores (y esto se refleja muy bien en esa pieza teatral de Shakespeare Romeo y Julieta).

Este cambio en las creencias cosmológicas (que tardó varios siglos en madurar) fue el que permitió a la civilización occidental abrazar el capitalismo y prosperar, porque sus miembros se volvieron más individualistas.

De hecho, el proceso de cambio cultural aún no culmina, pues la civilización occidental actual es una mezcolanza de las ideas de realización personal de la Ilustración, la búsqueda del "éxito" en una sociedad competitiva y la creencia cristiana de la salvación final.

C: En un reciente artículo, usted se ha pronunciado acerca de acabar la "guerra contra las drogas". ¿Prefiere vivir en un mundo plagado de adictos?
DL: Mi propuesta fue que, para acabar con la guerra en Afganistán, se podría destinar todo el dinero invertido en armamento y tropas para comprar la producción de opio y distribuirlo entre pacientes terminales en forma de morfina. Pero esa solución racional, que pondría fin a la mal llamada "Guerra contra el Terror", requiere que Estados Unidos también renuncie a su "Guerra contra las Drogas". Mire, el patrón de consumo de todas las drogas es como el de cualquier otra epidemia. La mayoría de usuarios, luego de advertir los efectos colaterales, dejan de consumirla. El propio Estados Unidos, al invadir las Filipinas en 1898, mantuvo el comercio legal de opio, a través de un estanco. Pero un poderoso lobby religioso convenció al Congreso de prohibir el opio, y con la Convención Internacional de La Haya de 1912 se dio inicio a esta locura.

Económicamente, las externalidades que genera el consumo de drogas deben ser enfrentadas con un sistema tributario que equipare el beneficio marginal con el costo social.

C: Por último, ¿qué nos puede comentar sobre la crisis internacional?
DL: A lo largo de esta crisis se ha debatido mucho sobre el resurgimiento de las teorías keynesianas.
Pero esta crisis, antes que real (de producción) es financiera, y quien mejor ha diagnosticado este tipo de fenómenos es Irving Fisher. El principal problema es el sobreendeudamiento, producto del crédito barato que fuera el combustible inicial de la burbuja inmobiliaria. Las autoridades norteamericanas han fallado en restaurar las hojas de balance de las sobreapalancadas instituciones financieras, así como de las empresas y familias. Los "paquetes de estímulo económico" fallan en lo obvio: eliminar el sobreendeudamiento de las familias y empresas mediante un recorte en los impuestos.

Sólo así, con el ahorro fiscal, se puede permitir el repago de las deudas sin que disminuya drásticamente el consumo. Facilitar el pago de hipotecas y deudas por tarjetas de crédito permitiría a su vez restaurar la salud financiera de los bancos. En lugar de eso, se optó por un dudoso plan de saneamiento de los bancos, que me recuerda a Nerón tocando el arpa mientras Roma se incendiaba.

QUÉ GRAN JUGADOR FUE "EL CONEJO" BENITEZ (Extraído del Diario CORREO)


No tenemos memoria histórica ni fundamento para referirnos al juego de Víctor "El Conejo" Benítez, a quien nunca vimos en acción. Los mayores (padre, tíos, abuelo, amigos) y los comentaristas deportivos que lo vieron en absoluta plenitud, señalan que Benitez fue un futbolista estupendo
Según El Veco, era un jugador de toda la cancha: "correlón", táctico, un "motorcito" de aquellos, pura clase (como Héctor Chumpitaz, Guillermo Delgado, Julio Meléndez, Fernando Cuellar, José Velásquez y Alfredo Quesada) de técnica depurada y gran dominio de balón. Brilló como back, 06, lateral derecho y delantero. Sólo le faltó alternar como arquero en Alianza Lima, el Club Atlético Boca Juniors (Argentina), el AC Milan (Italia), Inter Milan (Italia) y el Venecia Calcio (Italia).
Una semana antes de la gran final por la Champions League del sábado 22 de mayo último, el Diario CORREO tuvo el acierto de buscar a Benitez y entrevistarlo. "El Conejo" puede darse el "jamón" de decir a sus 74 años que es el único futbolista peruano que ganó la Liga de Campeones de Europa con el AC Milán, derrotando al Bénfica de Portugal en el Estadio de Wembley, Inglaterra. Nada más y nada menos.
En la Argentina adulta mayor y en los archivos periodísticos ríoplatenses, Benitez es recordado y registrado como un integrante de la gloriosa selección peruana de 1959, protagonista absoluta del Campeonato Sudamericano nocturno de Buenos Aires.
Fue la selección peruana de Rafael Asca al arco; José Fernández, Benítez y Fleming; Grimaldo y De la Vega; Gómez Sánchez, Loayza, Joya, Terry y Seminario.
Los documentos de la época y los testimonios de gente muy autorizada (como Ernesto Cherkis Vialo, Natalio Gorín, "El Sapo"Livingstone, Joao Havelange, Julio Grondona, Pocho Rospigliosi, El Veco, Jorge Da Silveira, Víctor Hugo Morales, José María Muñoz) indican positivamente que éste fué el mejor equipo peruano de todos los tiempos.
Oscar Contreras Morales.-

www.correoperu.com.pe

La próxima semana se jugará el tí­tulo de la Liga de Campeones de Europa entre el Inter de Milán y el Bayern, y Correo, conversó con el único peruano que tuvo el honor de ser campeón en este torneo. Fue el año 1963, cuando don Ví­ctor Benítez, alzó esta Copa con el Milan, tras ganarle 2-1 al Benfica de Portugal. En la siguiente entrevista el popular Conejo a los 74 años, nos cuenta de este logro y cómo llegó al fútbol europeo.

CORREO: Profesor Benítez, ¿qué ha sido de su vida?
VÍCTOR BENÍTEZ: Aquí­, muy tranquilo y orgulloso de ser peruano, porque gracias a Dios conseguí­ dejar bien a mi Perú a nivel internacional.

C: Usted fue uno de los pocos peruanos que triunfó en Europa, ¿pero cómo llegó al Viejo Mundo?
VB: Yo jugaba en Boca Juniors donde campeoné en el año 1962. Ahí­ estaba tranquilo, firmé contrato por tres años y me pagaron en el instante. Tení­a un año y medio en Argentina, cuando llegaron directivos del Milan a Buenos Aires a ver a Rattín, pero al final me llevaron a mí­.

C: ¿Cómo así­ usted impresionó a los italianos?
VB: Es que yo tení­a un juego muy distinto a los argentinos, tanto es así­ que tení­a aire hasta para dos partidos, yo era un perro en la cancha y los rivales se ensartaban conmigo. Imagí­nate que en tres partidos me metí­ la hinchada del Boca al bolsillo. En la cancha corrí­a, iba y vení­a, esa era mi función como volante o defensa. Ese dí­a, no recuerdo ante cuál rival me metí­ un partidazo.

C: ¿Los convenció rápido?
VB: La verdad que yo jugué como siempre. Los italianos llegaron al camarín, mientras yo me estaba duchando y no sabí­a nada. Hasta que el técnico (José D'Amico) me grita: "Peruano te están buscando". Yo salí­ y cuando los italianos me vieron, se sorprendieron, me vieron tan flaquito y no creí­an que era yo, el que los habí­a impresionado en la cancha. Me molesté y los mandé a la m...

C: ¿Por qué se molestó mucho?
VB: Es que me miraban por arriba, por abajo, sorprendidos, como un animal raro. Hasta que mi compañero Ernesto Grillo que habí­a jugado en el Milan años atrás intercedió y me dijo: "Mira negro cambia de cara, están interesados por ti­, tú tienes que ponerte fuerte y pide dinero...". Luego Marzolini y Rattí­n me dicen: "Oye Atahualpa (los argentinos lo trataban como inca), te van a llevar a Italia". Entonces me tranquilicé, pero en serio yo no sabí­a que era el Milan, hasta que Grillo me contó que era uno de los clubes más importantes del mundo.

C: ¿Y luego vino el contrato?
VB: Sí­, pero antes llamé a mi papá por teléfono, recuerdo que antes se demoraban como tres dí­as, para poder comunicarme y le conté que tení­a oferta de Europa. Él me preguntó qué me habí­an dicho en Boca y le respondí­ que yo aprovechara, entonces me dijo que aceptara. Así­ fue, hablé con el presidente de Boca, Alberto J. Armando, que era más bueno que el pan. Pero tuve miedo que me pidiera la plata del año y medio que restaba, pero no me la quitaron. A los italianos le pedí­ lo máximo y me pagaron, era más o menos como once mil dólares ahora, es que antes no pagaban las millonadas de la actualidad.

Además, ahora cualquiera sale a jugar fuera del Perú, antes habí­a que ser bravo, porque no habí­an representantes.

C: ¿Y le chocó llegar a Italia?
VB: No, porque yo con Boca viajaba mucho, además en Argentina todos se creen europeos y no pasó nada. Pero sí­ me impresionó ver tanto lujo, gracias a Dios, llegué y fui titular.

C: ¿Y no paró hasta ser campeón de la Liga de Campeones en 1963?
VB: Sí­ claro, recuerdo que jugamos en Wembley ante el Benfica y me tocó marcar a uno de los bravos, jugué bien, pero además tení­amos un equipazo. Estaba Césare Maldini, papá, Gianni Rivera apodado el Bambino de oro. Cuando regresamos a Italia el recibimiento fue apoteósico, pero la verdad yo recién ahora, sé la magnitud que tiene este tí­tulo. Soy el único peruano que gané una Liga de Campeones, pero bueno en ese tiempo no habí­a internet, periódicos deportivos ni tanta cosa como para haberme destacado.

C: ¿Y eso le duele?
VB: Claro, yo camino por el Perú y nadie me conoce, en Milán llego al club y es otra cosa. La otra vez llegaron dirigentes del Milan al Perú para un convenio con el gobierno regional del Callao, y me pagaron por ver a chicos peruanos y promoverlos. Ya enviamos a diez. Acá no me llama nadie para ver a nuevos valores, y tú crees que estas piernas no fueron importantes a nivel mundial. Algo debo saber pues por lo que gané.

C:¿Cuénteme en qué invirtió ese dinero que ganó en Europa?
VB: Mi padre lo hizo todo. Una vez que regresé a Lima y mi papá me dijo vamos a ver unos terrenos. Eran en Ate-Vitarte, recuerdo que todo era pampa, chacras, habí­a que pasar despacio con el carro por las acequias.

No habí­a pistas y el carro se moví­a de un lado para el otro. Yo estaba asado, porque vení­a de vivir bonito en Italia, con edificios grandes. Entonces mi papá me dijo: "Esto con los años se va poblar, estará lleno y costará más, no se equivocó". También compramos aquí­ en Santa Catalina. Yo le agradezco esta decisión a mi padre, porque ahora puedo vivir de esto.

C: La próxima semana es la final de la Liga de Campeones entre el Inter de Milán y el Bayern. ¿Quién gana?
VB: El Inter pues, si yo jugué por ellos, soy también hincha de ese equipo, claro que tiene que ganar.

C: Usted se ve que la pasá bien en Milán.
VB: Es hermosa Italia, pero me quedo con Venecia, donde yo jugué por el Venezia Calcio. Esa ciudad estaba rodeada de agua y era bonito pasearse con las góndolas. Claro que me di mis gustos, pero también guardé pan para mayo.

C: Finalmente ¿qué piensa de Juan Vargas que está triunfando en Italia?
VB: Tiene talla, buen cuerpo, corre duro, pero se está quedando porque le falta humildad, el dinero lo entorpece, la plata lo está hundiendo.

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MAS VELOZ QUE LA PELOTA

Es el hombre que le descubrió al fútbol una variante insólita: la de que el hombre corra más rápido que la pelota. Claro que esa facultad en sí no puede ser tomada como un mérito especial y hasta debe admitirse que muchas veces puede convertirse en defecto, que es en los casos en que la sincronización de movimientos no se logra y entonces podría ocurrir que sea el hombre quien su avance incontrolado se estrelle contra la red mientras la pelota queda muchos metros atrás.

Pero Benítez no es solamente un bólido. Es un jugador de fútbol que sabe aprovechar su velocidad. Un gran, un extraordinario jugador de fútbol. Cuando recordamos que uno de los talentos último modelo de la crítica futbolística aseguró una vez muy solemnemente que Benítez no podía jugar al fútbol por la sencilla razón de que no sabía hacerlo, nos viene una tentación de risa.

Que Benítez haya estado en Boca y que haya sido lo que fue en nuestros equipos, es algo que entra directamente en el terreno de las cosas sobre las cuales no se pueda ofrecer una explicación razonable.

Lo trajimos para cubrir el puesto de zaguero centro, en reemplazo de Cardoso, que terminaba su ciclo. Alguien lo había recomendado, pero la recomendación tenía contornos vagos, imprecisos, como pudo comprobarse más tarde.

En realidad, ni dirigentes ni técnicos boquenses lo habían visto jugar jamás. Lo compramos, como quien se tira un tute. Primero porque era barato y luego porque alguien - un alguien que en estos momentos nadie podría precisar quien fue - lo recomendó.

Y cuando llegó, nos encontramos con la sorpresa de que no era Nº 2 y que en ese puesto había jugada sólo excepcionalmente y muchos años atrás. Era en realidad 6, y como se dio la coincidencia de que un 6 también nos cuadraba, la adquisición, hecha con tal absoluta carencia de elementos de juicio, resultó un acierto.

Pero la embocada radicó no sólo en que Benítez fuera half, porque hombres de ese puesto los hay a montones en todos lados, sino porque además de 6 era bueno. Luego pasó de 4 y circunstancialmente de 7 y 8. Podría, naturalmente - ahora se hace evidente - jugar de 2 de 3 de 9 o de 11.

En cualquier puesto, porque Benítez lleva dentro de sí el ángel del fútbol, y los ángeles no saben de encasillamientos.

En esta temporada (1962), el moreno limeño comenzó pisando mal. Primero fue una rodilla en falsa escuadra la que le doblaba el tranco. Luego, el apéndice que reclamaba a gritos un bisturí. Pasado el doble trance, Benítez volvió, pero como delantero. En el quinteto estuvo poco y retornó a la línea media, pero tampoco se eternizó esta vez allí, ya que casi de inmediato vino su traslado a Italia, para incorporarse a las líneas del Milán.

Fuente: Así es Boca (1962)

domingo, 30 de mayo de 2010

BICENTENARIOS Y CULTURA (Por Rocío Silva Santisteban, Diario La Republica)



La semana que acaba de pasar fueron celebrados los 200 años de la Independencia en Argentina y el acto central del cierre de toda esta fiesta, que incluyó varios desfiles en las calles, fue la inauguración del recientemente remodelado Teatro Colón. Los mandatarios de diversas naciones, la presidenta Cristina Kirchner y el público en general, que siguió el ballet desde las calles donde se instaló una pantalla gigante, opinaron que la restauración del emblemático teatro porteño constituyó un merecido agasajo al pueblo bonaerense. “Yo no sé nada de teatro, pero restaurar el Colón ha sido un acto de justicia y su resultado es maravilloso” decía un hombre de a pie a las cámaras de CNN. Los porteños sienten que el Colón es parte de su historia y de su identidad. Por eso, no se escatimaron los gastos de millones de dólares para restaurar artesanalmente los palcos de madera, para traerla desde el mismo lugar de las tablas originales y así mantener la misma densidad, que permita que el Colón sea el monstruo de acústica que es. Una decisión política fue lo único necesario para poder dar esta alegría real incluso a aquellos que no podrán entrar al teatro sino solo como visitantes ocasionales (salvo que los Kichner y el director del mismo también aprueben tarifas reducidas para jubilados y desempleados).

Este año también se cumplieron los emblemáticos 200 años de la Independencia de Venezuela. Hubo muchas actividades y desfiles, pero una de las alegóricas fue la que el Ministerio del Poder Popular para la Cultura continuó organizando. Me refiero al Festival Mundial de Poesía, adonde he tenido la suerte de ser invitada, para compartir lo que hago y a su vez poder escuchar en directo al poeta Premio Nobel Dereck Wallcott y a otros poetas antillanos, de Granada, Barbados, Jaimaica o Haití, que han leído sus poemas en inglés o francés, mostrándonos que las Américas son mucho más que el castellano, y enseñándonos una poesía muy intensa o suave, afroamericana, de garra y a su vez, sensible.

Uno de los poetas que más me ha impresionado ha sido el anciano de Barbados Austin Clark, que con sus dreads hechos con mechones de su pelo encanecido, leyó desde el auditorio del magnífico Centro Rómulo Gallegos, un poema muy crítico hacia el gobierno cubano desde su propio descontento como socialista. A su vez, la poeta Merle Collins, de Granada, leyó primero en inglés un largo poema titulado “La lección”, basado en la historia de su abuela, y sobre las lecciones de historia que daba a sus nietos enseñando como suya la historia oficial de Holanda, olvidando a los líderes indígenas locales, incluso al propio y legendario Mackandal, esclavo negro que se reveló en Haití contra el gobierno colonial. Merle posteriormente, en un castellano casi sin acento, tradujo el texto, demostrando que la poesía también puede atravesar los lenguajes con igual intensidad. A su vez también se presentaron poetas muy conocidos de América Latina como la chilena Malú Urriola o el boliviano Eduardo Campero.

Todos me preguntan sobre las actividades que el Perú está preparando para el bicentenario. Les hago recordar a mis colegas y anfitriones que fuimos, como Virreinato y centro del poder colonial, uno de los últimos países en declarar su independencia. Pero no es excusa para pensar, desde adentro, en que el 2021, al margen de las políticas culturales o de nuestra orfandad de Ministerio de Cultura –y no tiene relación con las políticas socialistas de Ecuador, Bolivia o Venezuela, pues Colombia bajo el régimen de Álvaro Uribe ha mantenido muy activo a su propio Ministerio de Cultura– debe ser celebrado por todo lo alto también desde una perspectiva cultural. Ya sea desde lo que nosotros los estudioculturalosos llamamos la “alta cultura” (el ballet del Teatro Colón, por ejemplo) o la cultura popular (danzantes de tijeras) o la cultura de masas (Dina Páucar), es imprescindible que se tomen las medidas concretas para fortalecer el vergonzosamente alicaído tema de la cultura en el Perú. ¿Qué somos sino encuentro de multiplicidades que nos provocan fuertes desgarramientos y altos momentos creativos al mismo tiempo? Vallejo es nuestro paradigma, pero nunca más debemos abandonar, como país, a un hombre que quiso regresar al Perú a morir pero no tenía dinero para el pasaje de vuelta.

sábado, 29 de mayo de 2010

FALLECIÓ DENNIS HOPPER (1936-2010)


Dennis Hopper fue un artista completo. Él y un puñado de jóvenes provocadores (Peter Fonda, Bert Schneider, Jack Nicholson, Warren Beatty, Bob Evans, Peter Bogdanovich, Bob Rafelson y el grandísimo Terry Southern) prohijaron el cine contracultural de los años setenta, al influjo de las drogas, el sexo y el rock n´roll. Busco mi destino (Easy rider, 1969) positivamente seguirá reseñándose -en todas las enciclopedias- como el punto de partida del cine norteamericano indie, de bajo presupuesto, exitoso y respondón.
 Hopper fue uno de esos directores luminosos a los que Peter Biskind clasificaría como miembro de la generación de los "moteros tranquilos y los toros salvajes", tal el título de su estupendo libro.
Hopper ha muerto hoy y nos sentimos muy tristes. Su espíritu eufórico, desarregaldo es leyenda en Hollywood. Se dice que John Wayne llegó a perseguirlo con una escopeta por todo el plató de True Grit porque le parecía un junkie maldito, un hippie apestoso y un comunista.
La bella cantante Michelle Williams de The Mammas and The Pappas, con quien llegó a estar casado solo una semana, lo denunció por violencia doméstica y escándalos en razón a un continuo "delirium tremmens".
Su vida de escesos corrió en paralelo a una interesante carrera como actor.
Dentro de su filomografía preferimos lárgamente su interpretación en El amigo americano (Der amerikanische freund, 1977) de Wim Wenders, que es una adaptación notable de The Ripley´s game de Patricia Highsmith, con un Bruno Ganz en estado de gracia.
Nos gustan también sus actuaciones en Rebelde sin causa de Nicholas Ray y Gigante de George Stevens; The trip de Corman y La leyenda del indomable de Rosenberg; Busco mi destino, ciertamente; Apocalipsis ya!La ley de la calle de Coppola; Terciopelo azul de David Lynch (está notable); Ganadores (Hoosiers de David Anspaugh, 1984); Máxima Velocidad de Jan De Bont (1994), True romance de Tony Scott (1993) y Lecciones de amor de Isabel Coixet (2008).
Nuestros amigos Isaac León Frías y Federico de Cárdenas lo conocieron -brevemente- durante su estancia en Lima, allá por 1971, camino a Chincheros, Cusco, en donde filmaría ese proyecto inclasificable y poco visto llamado The last movie. Hopper deambulaba por el Centro de Lima -exactamente por el Cine Metro- a la medianoche, con un sombrero de vaquero puesto; de manera que no resultaba muy difícil identificarlo.
The last movie no tuvo exhibición comercial pues se anticipó su fracaso. Sólo tuvo un pase en el Festival de Venecia de 1971 (donde ganó el premio de la crítica internacional) y una exhibición de prueba en Hollywood. El resto es leyenda.
Hace algunos años el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Indpendiente -BAFICI obtuvo los derechos para la proyección de una copia nueva que estimamos comenzará a circular en formato DVD a partir de ahora.
La carrera de Dennis Hopper como realizador estuvo liquidada desde The last movie. Hasta que ocurrió un golpe de suerte: dieciocho años después de su fracaso le encargaron la dirección del policial Colores (Colours, 1988) que es muy aguerrido y humano, con dos actuaciones solventes de Sean Penn y Robert Duval. Y entonces comienza su resurgimiento. A continuación dirigió un film noir que nos gusta mucho, por su sobriedad e inteligencia, llamado Zona caliente (Hot spot, 1992) con Don Johnson y la bellísima Jennifer Connely.
Daniel Camino -el desaparecido productor cinematográfico- fue su gran amigo peruano que lo recordaba con afecto. El actor Jorge Montoro tenía recuerdos confusos del rodaje de The last movie, esa suerte de western psicodélico en plenos andes peruanos: decía que los gringos se la pasaron drogados, ebrios, tomando San Pedro. Y que Hopper era una persona muy agradable, sensible e inteligente.
El cáncer se ha llevado hoy a Dennis Hopper. No pudo concretar su sueño de juntarse con su amigo Peter Fonda y filmar la segunda parte de Busco mi destino que iba a llamarse Easy rider again.
Descansa en paz Dennis.

http://www.elpais.com/
Dennis Hooper fue una de esas personas con estrella nacidas para brillar con luz propia. Ahora, cuando ya es una luminaria más en el corredor de los triunfadores, es fácil determinar que su destino se cruzó con la suerte en más de una ocasión para, descarrilado varias veces, conducirlo de nuevo hacia el camino del éxito.

Considerado como actor poco convencional y uno de los 'enfants terribles' de Hollywood por su precoz iniciación en la dirección, Hopper nació en Kansas en 1936, donde se crió en una granja con sus abuelos porque su padre fue destinado a Indonesia durante la Segunda Guerra Mundial y su madre trabajaba para la Cruz Roja. Quizá de su infancia en el campo y entre animales le viene ese aspecto de hombre rudo que le ha caracterizado a lo largo de toda su carrera.

Unida la familia al regresar el padre del campo de batalla, se trasladan a Kansas City, aunque muy pronto tuvieron que mudarse a San Diego por la enfermedad del hermano de Dennis. Y ese paso fue seguramente una pieza clave en su destino ya que fue precisamente en California donde desarrolla su afán por la pintura y la interpretación.

Muy pronto se enroló en el Old Globe Theatre fundado en la ciudad donde representaba obras de Shakespeare. Y desde ahí todo pareció ir sobre ruedas. Cuando apenas tenía 19 años, la actriz Dorothy McGuire le recomendó para trabajar en la serie 'Medic', pero no fue hasta 1954 cuando el director Nicholas Ray le ofreció un papel en cine en la película Johnny Guitar. Poco después el mismo realizador le llamaría para trabajar en la mítica 'Rebelde sin causa'. Aquí llega el segundo acontecimiento que marcaría su vida.

A raíz de la película, protagonizada por James Dean, el galán y Hooper empezaron una estrecha amistad. Tras la muerte de Dean, el actor quedó profundamente 'tocado' ya que se había visto bastante identificado en su amigo y decidió seguir sus pasos. Se matriculó en el Actor's Studio donde recibe clases de Lee Strasberg para poder parecerse en la forma de actuar de James Dean.

Una vida al límite

Siempre le acompañó su fama de actor problemático y rebelde, aunque no fue hasta después de dirigir y protagonizar su ópera prima, Easy Rider (1969) , película de culto que le catapultó hacia el éxito, cuando comenzaron su problemas con el alcohol y las drogas.

Gracias al dinero que recaudó su primera película, la productora le permitió rodar 'The last movie', un filme de bajo presupuesto que fue retirada de la cartelera al cabo de pocas semanas debido a su pésima aceptación por parte del público.

Eso y su divorcio de la ex vocalista del grupo Mamas & The Papas le sumieron en una profunda depresión que le hizo caer más hondo todavía al pozo de las drogas. Para sobrevivir hacía pequeñas intervenciones en series de televisión y películas de dudosa calidad, hasta que Francis Ford Coppola le reclutó para 'Apocalypse Now'. Tal fue su adicción, que tras años de rehabilitación en hospitales psiquiátricos, afirmó que si la vida habría sido justa con él, habría muerto más de diez veces por los excesos.

Especializado en personajes con problemas mentales y caracteres problemáticos, su carrera como actor se parecía cada vez más a su vida real. Recordemos si no su papel en 'Hoosiers, más que ídolos', donde interpretaba a un entrenador de baloncesto alcohólico o su memorable intervención en 'Terciopelo Azul' .

Compaginaba su actitud rebelde con su pasión por la mujeres, de hecho se postuló como uno de los grandes galanes de la época rompiendo corazones entre las féminas por su fama de hombre fuerte y rudo, siempre viviendo al límite. Eso le ayudó para seguir protagonizando películas y tras eso más llegaron decenas de filmes y series de televisión que han forjado de Hopper la estrella que era.

Lo último que le hemos visto hacer es, como no, un personaje que se parecía mucho a él.

Fue en la serie 'Crash' emitida por la HBO, un serial basado en la película homónima de Paul Haggins en el la que Hopper hacía de Ben Cendars, un polémico productor musical de vida turbulenta que busca desesperadamente al grupo de moda para volver a ser reconocido por la profesión. El pasado 29 de marzo el actor, de 73, acudía a un acto homenaje en vida para ver su estrella en el paseo de la fama de Hollywood.

Visiblemente afectado por el cáncer de próstata que sufre en estado terminal, Hopper, con apenas 49 kilos, pudo disfrutar junto con sus amigos y compañeros de profesión su última despedida, un momento perfecto para rememorar una de sus frases más célebres: "Hay momentos en lo que he tenido brillantez real, pero sólo son momentos y, a veces, en una carrera son suficientes". Buen viaje y hasta siempre.

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www.elmundo.es

El cineasta de Hollywood Dennis Hopper, conocido por dirigir y protagonizar el clásico de culto de 1969 'Easy Rider', ha muerto el sábado en su casa en Venice, California, debido a complicaciones por un cáncer de próstata, dijo a Reuters un amigo del artista.

Hopper, a quien siempre acompañó la fama de actor problemático y rebelde, tenía 74 años y anunció el pasado otoño su enfermedad. Icono del cine hollywoodense, falleció a las (15.15 GMT), rodeado por su familia y amigos, según informó a Reuters su amigo Alez Hitz.

A finales de marzo recibió, visiblemente debilitado, un emotivo homenaje: su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood Boulevard. Le acompañaron compañeros de profesión como Jack Nicholson, David Lynch y Viggo Mortensen, entre otros.

Fue uno de los actores secundarios más reconocidos de la industria, dio sus primeros pasos junto a una de las mayores leyendas de aquel entonces, James Dean, con quien participó en dos de sus cintas, 'Rebelde sin causa' y 'Gigante'. También le apasionaban la fotografía y la pintura y llegó a exponer en España, con una retrospectiva sobre su obra en la galería Metta de Madrid.

Intérprete en decenas de películas, Dennis Hopper alcanzó estatus de leyenda gracias a 'Easy Rider', aquel poema de amor a la carretera musicado por Roger McGuinn, colocón contracultural e himno 'beat' que escribiera y protagonizara en 1969, junto a Peter Fonda.

Otros grandes títulos del actor son 'Gigante', en la que volvía a compartir plató con James Dean y Sal Mineo (aparte de Rock Hudson y Elizabeth Taylor) 'Amor a quemarropa', 'Basquiat' o, claro, 'Apocalypse now', en la que ejercía de electrizado y dopadísimo profeta de un Marlon Brando/Coronel Kurtz en plena sintonía del horror postcolonial.

Su carrera de actor empezó durante la adolescencia, tras haber conseguido una beca para el National Shakespeare Festival, en el Old Globe Theatre de San Diego. Gracias a una de sus interpretaciones 'shakesperianas"' Hopper recibió una oferta para televisión, medio en el que trabajó en varias series antes de dar el salto al cine.

En sus últimos meses de vida, el actor batalló por morir divorciado. La separación legal de su última esposa, Victoria, le salió caro: 12.000 dólares mensuales para el sustento de ella y su hija.

 

viernes, 28 de mayo de 2010

¡¡¡GRACIAS PAUL!!!




Los representantes del señor Paul McCartney habrían cerrado hoy viernes 28 de mayo de 2010, el contrato que asegura su presencia en Lima, en un superconcierto como parte de su gira de despedida Up and Coming Tour.
Esto ocurriría entre setiembre u octubre de este año.
Por si alguien no se enteró, McCartney es un multinstrumentista (notable bajista zurdo); consumado melodista y compositor y una de las grandes voces en la historia del rock n roll. Nos olvidábamos, Paul fue fundador de la mejor banda de todos los tiempos, Los Beatles.

Paul McCartney está cada vez más cerca de llegar a nuestra capital. Tras afirmar mediante un video que tiene intenciones de tocar en nuestra capital, hoy se sabe que ya habría cerrado una fecha en Lima hacia fines de setiembre o inicios de octubre.


El ex Beatle tocará en Brasil, Chile y Argentina. Perú, con una fecha, entraría al recorrido de su tour Up and Coming.

SE VIENE PEARL JAM


Eddie Vedder es uno de los grandes gonfaloneros del sonido grunge; posta natural de Bob Dylan, Bruce Springsteen, Neil Young y un natural born rocker. Albrisias. Ojalá tengamos a Pearl Jam en Lima.

Extraído de EL COMERCIO

Pearl Jam sería la próxima megabanda que toque en Lima. Más de un empresario peruano está interesado en traerlos entre octubre y noviembre, informaron fuentes de elcomercio.pe en distintas promotoras de este tipo de eventos. La idea es aprovechar que la banda visitará Río de Janeiro entre esos meses para traerlos al Perú.


Según se supo, el mítico grupo de Seattle cobra alrededor de 1 millón de dólares, por lo que incluso cabe la posibilidad de que se junten varios empresarios para poder llegar a esa suma de dinero. Sin embargo, fuentes aseguraron a el comercio.pe que un empresario local ya tiene avanzadas las negociaciones con la banda.

A Río de Janeiro también irán Bob Dylan, Smashing Pumpkins, Foo Fighters, Iggy Pop, Linkin Park, entre otros. Así que -al igual que Green Day, cuya visita a Lima precederá a su participación en el Woodstock brasileño- otras grandes bandas podrían llegar a nuestro país.