martes, 21 de septiembre de 2010

ALAN GARCÍA EN NUEVA YORK, EL PRINCIPIO (Escribe MIRKO LAUER para LA REPÚBLICA)


Alan García ha decidido asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde pronunciará un discurso este jueves 23. No acudía al foro de Nueva York desde los tiempos movidos de su primer gobierno, y esta es su última oportunidad de mostrar los avances del segundo gobierno bajo esos reflectores mundiales. García no solo llega como el ex populista aggiornato con el cambio de siglo, sino como el presidente emblemático del camino liberal en economía este decenio. Sin duda su presencia tendrá visos polémicos respecto de los discursos de izquierda que hoy predominan en la región, algunos de los cuales también tienen cosas que mostrar.
Las buenas cifras del Perú no son solo de este gobierno, y más bien representan 20 años de continuidad en las políticas económicas. Pero García puede reclamar que recién con su presidencia el proceso se aceleró y los buenos efectos sociales aparecieron como nunca antes. Además se pudo sobrenadar la crisis mundial.
García no solo reclama éxitos económicos, sino también avances sociales, incluso mayores que los países donde hay gobiernos que se reclaman más orientados hacia las necesidades populares. También estos últimos se han beneficiado del buen ambiente económico de toda la región, pero con resultados desiguales.
En las cifras de reducción de la pobreza total exigida por los Objetivos del Milenio (1990-2008), según CEPAL, el Perú alcanzó el 72% de esa meta, frente a 43% en Nicaragua, 61% en Venezuela o 36% en Bolivia. Ninguno de estos ha tenido los mismos 20 años, pero en los tres la izquierda ya tiene un tiempo considerable conduciendo la economía.
La unidad de inteligencia de The Economist da el siguiente crecimiento del PBI per cápita 2000-2009: Perú 5.1%, Venezuela 3.5%, Bolivia 3.7% y Nicaragua 2.8%. Puede discutirse cómo se reparte ese crecimiento, pero las anteriores cifras de pobreza sugieren que la distribución en los países del Alba no ha sido más equitativa que aquí.
El discurso de García será de especial interés en la medida que el debate entre los diversos caminos emprendidos por la región no ha comenzado realmente todavía, en el sentido de que no ha salido de lo ideológico. Entre otras cosas porque el radicalismo político y el radicalismo económico están bastante escindidos en la izquierda latinoamericana.
El de Nueva York no va a ser el último recordaris que haga García de lo avanzado bajo su segundo gobierno. En cierto modo será el inicio de su largo adiós hacia el 2011. Con por lo menos tres presidentes reclamando méritos en la economía peruana, es clave para García ser identificado con la cresta de la ola económica que se vive.

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