domingo, 16 de octubre de 2011

¿HA DICHO USTED BRASIL? Por Hugo Neira

 
 

Por Hugo Neira


Venga o no venga Lula, nada perdemos de saber algo –sin cuentos electorales– sobre Brasil. En el Perú un grupo de envanecidos tecnócratas, desde hace treinta años, eliminando de las aulas los cursos de historia del Perú, de América Latina y del mundo, dejaron a millones de peruanos sin referencias. Y así, cualquiera hace el viaje, se saca la foto, y ya, Perú y Brasil igualitos. No pues.
¿Sabe Usted que Brasil arranca su vida soberana como Monarquía constitucional? ¿Que se declara independiente en 1822, pero sin enfrentamiento armado? Resulta que cuando Napoleón toma España y amenaza invadir Portugal, en 1807, el príncipe Juan, Regente, deja Lisboa y con la Corte entera se va al Brasil. ¿Sabe Usted que en 1822, Brasil nace ya como Estado moderno? Porque al irse la Corte a Río, desembarcaron unos 400 sabios, gente de la Ilustración. Acaso por eso, la América posportuguesa guardó su unidad, mientras la que habla castellano se hizo trizas en Estados medianos y liliputienses. ¿Sabe Usted que don Pedro I, el Emperador brasileño, cuando le dijeron de volver a Europa contestó con un célebre “no quero”? ¿Y que solo en 1889 (saque la cuenta), los brasileños adoptan la Velha Republica? ¿Sabe que de 1965 a 1985, al Brasil lo gobiernan generales y mariscales, cinco y sucesivos, Castelo Branco, Costa Silva, Garrastazú Medici, Geisel y Sarney, el último, una excepción, era un civil. ¿Que Brasil bajo el “desarrollismo” se vuelve el primer productor de alimentos del Tercer Mundo? Además, sepa Usted que esos “gorilas” (¿no los llamábamos así?) se dieron el lujo de tener Congreso. O sea, Odría y Velasco con Parlamento, ¿qué les parece? Bajo la autocracia militar que ocupaba el Ejecutivo, hubo bipartidarismo, la ARENA, gobiernista, que obtenía la mayoría, y una bancada de oposición, el MDB, de demócratas. Aquí en cambio han dicho “para qué queremos viejitos”. Los sensatos brasileños los tienen. Dos por cada Estado.
1985. ¿Qué pasó ese año? Los militares se retiran –dejando un país moderno y desarrollado– no sin llamar a un plebiscito que aprueba la elección presidencial directa. El primer elegido fue Collor de Mello, con 53%, a quien suspenden en 1989 por corrupción. A lo que vamos. Hace 30 años, tras la mutación del Brasil, un puñado de trotskistas y comunistas deciden reciclarse, cosa que no han hecho las izquierdas peruanas. Así surge Luiz Inácio Lula da Silva, elegido diputado. No es que quiso de golpe ser presidente. En fin, cómo olvidar la presidencia de Fernando Cardoso (1995-2003) cuyos programas sociales, según Jeffrey Sachs, son enormes, más que Toledo y García juntos. Lo menciono y no por azar. Precede a Lula la transformación hecha por dictaduras y el socialdemócrata Cardoso. Lo dice el mismo Lula, “no soy el producto de unas elecciones sino de una historia”. Lula corona la exitosa transición brasileña. Aquí la Transición agoniza cada cinco años. Lula viene del mundo obrero, no es caudillo ni militar. Llegó con un partido de trabajadores, “Trabalhista” que aquí no hay. Lula, político, tamizó su programa, al tercer intento.

Acabo de estar en Río, invitado por el sabio Edgar Morin a un coloquio. Escribo estas líneas porque los peruanos merecen que no se les engañe. Aquí manosean el tema de Lula para vestirse con lo ajeno. Brasil es grande pero distinto. ¿Saben que su población procede de la inmigración europea al 51%? De amerindios queda un 2%. No nos confundamos. Su historia política se ha roto varias veces, “segunda república”, “tercera república”, y han padecido, pero tienen algo que no tenemos: flexibilidad, cordura, paciencia. Portugal usó la Inquisición para expulsar sus reos al Brasil colonial. ¿Se pobló con disidentes? Acaso y por eso, los brasileños no son dogmáticos. Aquí, al contrario, fabricamos ortodoxia, “economía nacional de mercado”. No, pues.

Nota bene. El dueño de la balanza parlamentaria es Toledo. Y la democracia consiste en que nadie se vuelva Chávez por vía de bancadas.

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