sábado, 9 de agosto de 2014

LIKE FATHER, LIKE SON de Hirokazu Kore-eda (Japón, 2013)





Por Oscar Contreras.-

De tal padre, tal hijo, es la traducción del título original. Y la película pudo llamarse “padre no es el que engendra sino el que cría”. Porque el director Hirokazu Kore-eda (Tokio, 1962) aborda desde las primeras imágenes las paradojas y los dilemas de la paternidad en tanto un nuevo dato informativo -en la historia y guión- la vuelve autoconsciente, generando una sensación de inseguridad y pérdida. Vistas así las relaciones paterno-filiales, terminan consolidándose como procesos mentales y bioneurológicos antes que como experiencias genéticas o civiles. Por eso el realizador elige la comedia agridulce, juega todo a la sensibilidad y a la observación plena de comportamientos, para narrar la crisis que sobreviene a una pareja de jóvenes esposos cuando se les anuncia que su pequeño primogénito no es su hijo porque fue cambiado al nacer. La película pudo devenir en el melodrama y/o en el desborde de baja estofa, pero no. Kore-eda laz hace suya rápidamente.  

Kore-eda no es nuevo en el vecindario. Es un cineasta consolidado con más de 15 películas en su haber (entre ficción y documental), forjadas en la cultura cinematográfica, varias premiadas y reseñadas por prestigiosos críticos. En ese sentido, LIKE FATHER, LIKE SON, Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2013, confirma su proximidad al cine de Yasujiro Ozu, el gran maestro del cine japonés clásico. Porque replica su mirada límpida, a la altura del ojo humano, siempre equilibrada, incluso frente a los desencuentros generacionales, frente a la nostalgia y la incertidumbre del porvenir. LIKE FATHER, LIKE SON es un estudio sobre el amor condicional que termina siendo una prolongación del amor condicional que nos proveyeron de niños. Y que acaso nos es devuelto con la misma firmeza e inocencia a la vez.

Siendo la primera película vista en el festival, debo decir que es notable y que deben procurar verla.